BUENOS AIRES.- En una maratónica jornada en la investigación del homicidio de Ángeles Rawson, la familia de la adolescente se retiró alrededor de las 3 de la fiscalía, luego de 14 horas. El padrastro de la chica, Sergio Opatowski, fue llevado inesperadamente a la Fiscalía por pedido de la fiscal María Paula Asaro y se retiró entre algunos insultos y acusaciones de personas que estaban en la puerta de la Fiscalía.
En tanto, la Policía Científica allanó el subsuelo del edificio donde vivía la adolescente de 16 años, que apareció muerta el martes en el predio de la Ceamse en José León Suárez. También peritó un automóvil Renault Megane que estaba en la puerta, que según trascendió sería del portero del inmueble, llamado Jorge.
El portero, según la agencia DyN, declaró anoche ante la fiscal. Además, de acuerdo a fuentes de la investigación, hubo un careo entre el encargado del edificio y Opatowski.
Según trascendió, la mujer del portero habría aportado importantes datos que ayudaron al avance de la causa.
Fuentes de la investigación informaron a C5N que el encargado del edificio, que vive en el octavo piso, pidió licencia por enfermedad el lunes. Debía presentarse ayer a trabajar, pero no regresó.
El padrastro de la adolescente de 16 años llegó acompañado por efectivos de la Policía Federal, cuando el resto de la familia llevaba más de nueve horas dentro de la Fiscalía. Las especulaciones comenzaron a circular entonces con rapidez, ya que Opatowski recién debía declarar mañana.
Paralelamente, la Justicia ordenó un allanamiento en Ravignani al 2300, particularmente en el subsuelo, donde el encargado, llamado Jorge, guarda las bolsas, herramientas y otros elementos de mantenimiento, y donde según se sabe, el portero juntaba la basura de todos los pisos.
Del procedimiento, además de efectivos de Policía Científica, participó el propio juez de la causa, Feliciano Ríos.
Versiones daban cuenta del posible pedido de tres detenciones por parte de la fiscal, pero finalmente no se concretaron.
Volvió a su casa
Aunque la versión inicial indicaba que la chica nunca había vuelto a la casa aquel lunes, las últimas evidencias recolectadas indican que sí llegó hasta la cuadra de la calle Ravignani y Santa Fe, a metros del edificio donde residía.
Así lo demuestran el video de una cámara de seguridad del edificio y el morral que Ángeles había llevado a la clase de gimnasia y que fue encontrado en la casa. Además, las zapatillas que llevaba a educación física y las que tenía puestas cuando encontraron el cadáver un día después, no son las mismas.
Con el correr de las horas se van conociendo nuevos datos, como el testimonio brindado por María Elena Leuzzi, titular de Avivi. La mujer aseguró haber visto un juego de llaves de la joven sobre una mesa de la vivienda. Esto reforzó la hipótesis del regreso de la menor al domicilio.
La fiscal, también recibió el informe de la empresa Movistar, que indicó que no hubo llamadas salientes del teléfono de Ángeles el día de su desaparición. En un primer momento la familia había dicho que, por un conocido en la empresa, se enteraron de los movimientos que había tenido el teléfono el lunes: que había habido el llamado a un banco durante diez minutos, una recarga de 50 pesos y una llamada contestada sin palabras a la noche, cuando el teléfono finalmente se apagó.
La causa tomó un giro inesperado luego de que la autopsia de la joven habría arrojado resultados negativos en cuanto a una probable violación, por lo que los investigadores, a partir de entonces, centraron sus miradas en el entorno familiar de la chica.